¿Vas a dejar pasar esta opotunidad?
Juntos, una familia a la vez, marcamos la diferencia.
Este mes, esa diferencia se duplicará.
Agradecemos la continua generosidad de Chip y Lucy Swab, y de otra familia que prefiere permanecer en el anonimato, por patrocinar nuestra campaña anual de donaciones equiparadas. Gracias a su apoyo, todas las donaciones de hasta 10.000 dólares serán igualadas hasta finales de octubre. Esto significa que por cada dólar o peso que dones, tu donación se duplicará automáticamente, ayudando a crear un acceso al agua segura para beber, críticamente necesaria, para el doble de personas.
En nuestra sección del norte de Guanajuato, hay más de 2.800 comunidades urbanas y rurales expuestas al doble riesgo de la escasez y la contaminación del agua. El nivel freático está descendiendo rápidamente, provocando que los pozos de las comunidades se sequen literalmente y, en algunos casos, se derrumben sobre sí mismos. El agua que queda está cada vez más contaminada con niveles excesivos de arsénico y flúor, lo que crea riesgos sanitarios y económicos cada vez mayores para los más de 680.000 habitantes de la región.
Sabemos que el tamaño y la complejidad de nuestros problemas regionales de agua pueden parecer desalentadores. Por eso creemos que es importante dar un paso atrás y escuchar a las personas afectadas por esta crisis y comprender la diferencia que podemos marcar para la gente real cuando todos nos unimos. Durante todo este mes, compartiremos las historias personales de nuestros socios comunitarios: las madres y los organizadores comunitarios con los que trabajamos para resolver estos problemas masivos de calidad y escasez de agua, una comunidad y una familia a la vez.
Esta semana, esperamos que dediquen unos minutos a conocer a Gudelia Trejo, una colaboradora que lleva mucho tiempo dedicada al futuro de su comunidad de Pozo Ademado, situada a una hora al norte de San Miguel de Allende y que se enfrenta a problemas extremos de contaminación y escasez de agua.
Buscando soluciones con Gudelia Trejo
Al conducir por los caminos de terracería para llegar a la comunidad de Pozo Ademado, es imposible no fijarse en las enormes extensiones de campos agrícolas adyacentes, que riegan sus cultivos con un suministro de agua aparentemente interminable a todas las horas del día. Sin embargo, una vez que se llega a Pozo Ademado, la realidad es muy diferente. El agua sólo llega un día a la semana y, además, tiene uno de los niveles de fluoruro más altos de la región, cerca de tres veces por encima del límite máximo de la Organización Mundial de la Salud. Esto ha provocado importantes impactos en la salud de la comunidad, más preocupantes entre los niños, que son más susceptibles a las consecuencias del consumo de agua contaminada. La fluorosis dental (las manchas marrones y negras irreversibles en los dientes) y los problemas de desarrollo cognitivo y de aprendizaje en los niños de la comunidad, los cuales se están volviendo demasiado comunes.
Gudelia Trejo lleva 30 años viviendo en Pozo Ademado. Ha sido testigo de primera mano de cómo esos campos agroindustriales empezaron a ser más verdes y más grandes, a su alrededor, mientras que el suministro de agua de su propia comunidad empezó a disminuir. Este tipo de desigualdad en el agua ha tenido un impacto en la salud de Gudelia. Antes de tener un sistema de recogida de agua de lluvia, Gudelia se sentía cansada y débil todo el día, todos los días, porque tenía que beber agua contaminada del pozo local. Ahora, varios años después de la construcción de su sistema de recogida de agua de lluvia, Gudelia tiene energía, está sana y organiza activamente a su comunidad para ayudar a otros a evitar los peligros para la salud asociados al consumo de agua con exceso de fluoruro.
Construir sistemas de cosecha de agua de lluvia requiere mucho tiempo y esfuerzo, pero gracias a ese tiempo y esfuerzo podemos vivir y disfrutar de una vida sana. Así que invirtamos nuestro tiempo sabiamente para ayudarnos a nosotros mismos y a los demás".
Gudelia, de la comunidad de Pozo Ademado
Gudelia tiene razón, se necesitan unas 200 horas para construir un solo sistema de cosecha de agua de lluvia que servirá sólo a una o dos familias, es decir, ¡cinco personas trabajando a tiempo completo durante una semana! Sin embargo, ese sistema proporcionará a esas familias agua potable para toda la vida. Un trabajo así requiere un compromiso serio, un compromiso que la comunidad y los líderes dedicados como Gudelia dan libremente.
Gudelia ya ha participado en la construcción de seis sistemas de captación de agua de lluvia a gran escala, en más de 20 talleres y en decenas de reuniones para organizar a su comunidad y a otras comunidades de los municipios de San Diego de la Unión y Dolores Hidalgo que beben agua contaminada o no tienen acceso continuo a agua limpia. Aunque hace esta organización de forma voluntaria, ha declarado que su tiempo es una inversión en el futuro de sus nietos, y en el futuro de su cuenca. Gudelia cree profundamente que dedicar su tiempo a estos esfuerzos es lo menos que puede hacer cuando decenas de miles de personas siguen luchando por el acceso al agua segura.
Ayúdanos a duplicar el alcance de nuestro trabajo
La escasez y la contaminación del agua son problemas que afectan cada vez más al norte de Guanajuato y a decenas de millones más en todo México. Aunque somos una ONG pequeña, estamos creando soluciones, programas educativos y modelos de implementación que están ayudando a muchos miles de personas a tener acceso a agua limpia y a evitar los terribles impactos en la salud asociados a la contaminación del agua, y que pueden ser replicados mucho más allá de los límites de nuestra región. Con tu ayuda y la de nuestros patrocinadores de la campaña, este mes podemos duplicar nuestro impacto y marcar el doble de la diferencia. Por favor, considera la posibilidad de hacer un donativo a nuestra campaña y ayúdanos a llegar más lejos, hoy mismo. Gracias.