Descubre cómo las mujeres cargan con el peso de nuestra crisis hídrica
Un hecho desafortunado: el agua en nuestra región está cada vez más contaminada
En 2012 el gobierno de México declaró que el acceso adecuado al agua limpia es un derecho humano fundamental para todos. Sin embargo, durante los últimos diez años, Caminos de Agua, a través de nuestro programa de monitoreo, ha determinado que varios miles de personas en cientos de comunidades a través del norte del estado de Guanajuato, no tienen acceso confiable a agua segura para beber que es necesaria para sostener la vida.
El mayor culpable es la continua sobreexplotación de nuestro acuífero por la industria agrícola. A través de la producción de vegetales, que son casi en su totalidad para la exportación, esta industria utiliza más de 85% del agua disponible de nuestra región para facilitar su expansión. La Cuenca del Alto Río Laja es nuestra reserva de agua subterránea que provee agua para 680,000 personas que residen en 2800 comunidades rurales así como en otros centros urbanos. Debido a la sobreexplotación, nuestro acuífero está cayendo 2-3 metros (~6-9 pies) al año. Esto está causando que los pozos que existen se sequen, en algunos casos colapsando por completo. Para poder alcanzar el agua, aquellos que pueden financiarlo, están perforando pozos cada vez más profundos y el agua que están alcanzando está cada vez más contaminada con arsénico y fluoruro que ocurren naturalmente en estas regiones.
Cuando se consumen continuamente, el arsénico y fluoruro pueden ser extremadamente detrimentales para la salud humana. Algunos de los efectos de salud bien establecidos incluyen insuficiencia renal crónica, fluorosis dental que deforma los huesos y los hace débiles, lesiones en la piel y diferentes tipos de cáncer. En el caso de los niños, debido a que sus cuerpos y cerebro se están desarrollando, son particularmente vulnerables a impedimentos cognitivos y discapacidades de aprendizaje que ocurren ni más ni menos que por beber esta agua contaminada.
Mujeres y el agua
Aunque los niños son los más susceptibles a los efectos en la salud por nuestra crisis hídrica, son las mujeres las que cargan con el peso de navegar estos problemas hídricos. Como reporta el Dr. Jaime Hoogesteger, un asesor técnico de Caminos desde hace muchos años, las acciones de política pública que se han asumido han provocado una migración masiva de las comunidades rurales a ciudades en EEUU y México, especialmente de los hombres. La expulsión masiva de hombres del norte de Guanajuato ha tenido un enorme impacto en el panorama cultural y demográfico de nuestra región. Sabemos que más del 90% de las personas con las que trabajamos en las comunidades rurales son mujeres. Las mujeres son a menudo las jefas de familia - no sólo responsables de sus hijos si no también de padres, hermanos y otros miembros de la familia.
Son las mujeres las que a menudo se encargan de encontrar y transportar agua, cuando hay poca disponible, o de encontrar otras formas de resolver sus problemas hídricos, como trabajar con Caminos de Agua para crear soluciones. Son las mujeres las que organizan sus comunidades y las que hacen el trabajo para construir estas soluciones. En Caminos, hemos adaptado nuestros programas para apoyar a estas mujeres. Les proporcionamos oportunidades educativas en relación con la situación del agua de su familia, y trabajamos con ellas para evaluar sus riesgos, comprender sus opciones y desarrollar planes de acción. A partir de ahí, nos asociamos estrechamente con las mujeres para financiar y poner en práctica soluciones a sus situaciones hídricas cada vez más complejas. Este trabajo es más importante ahora que nunca.
Ayuda a empoderar a las comunidades a través de la cosecha de agua de lluvia
Caminos de Agua trabaja actualmente en un amplio número de iniciativas críticas que incluyen el desarrollo de nuevas soluciones técnicas, la defensa de una mejor política del agua, el análisis del agua en toda nuestra región, la sensibilización y la educación del público, y mucho más. Sin embargo, el trabajo con las comunidades rurales y urbanas para proporcionar la cosecha de agua de lluvia es nuestra estrategia más viable para generar un acceso seguro al agua a más personas que lo necesitan desesperadamente ahora, hoy.
Si has leído los correos electrónicos anteriores de esta campaña, sabes que la crisis del agua está afectando a centros urbanos como San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo y San Luis de la Paz, así como a las comunidades rurales de nuestra región. También saben que cuando Caminos de Agua trabaja con las comunidades, no sólo implementamos soluciones hídricas, sino que nos asociamos estrechamente para proporcionar educación y planificación continua, lo que conduce a comunidades más fuertes, más resistentes y más unidas.
Es realmente lamentable que la necesidad de nuestro trabajo se esté ampliando, pero estamos preparados y equipados para satisfacer la necesidad. Pero para ello, dependemos de los fondos que recaudamos de colaboradores como usted. Así que, tanto si ya has donado antes como si es la primera vez, considera la posibilidad de hacer un donativo hoy mismo haciendo clic en el botón de donar que aparece a continuación. Todas las contribuciones en este momento se destinan directamente a la construcción de decenas de sistemas de recogida de agua de lluvia en las 15 comunidades rurales en las que trabajamos actualmente. Estamos dispuestos a responder a las preguntas que pueda tener, o a hablar de su propia situación del agua en info@caminosdeagua.org. Gracias.