Trabajando juntos, podemos hacer una diferencia para toda una generación de niños.
Nuestro nuevo sistema de tratamiento de aguas subterráneas va a hacer una gran diferencia en las vidas de nuestros niños que son la población más vulnerable.
La presencia de arsénico y fluoruro en el agua potable es muy insidiosa. Son sustancias incoloras, sin sabor y bastante difíciles y costosas de analizar. El continuo consumo de esta agua contaminada produce impactos muy serios a la salud. En la Cuenca del Alto Río Laja, en el norte del Estado de Guanajuato, donde Caminos de Agua realiza la mayor parte de su trabajo, más de 680.000 personas en zonas urbanas como rurales han estado expuestas a niveles insalubres de arsénico y fluoruro durante más de 20 años en algunos casos. Recientemente, a través de nuestro programa de monitoreo de agua, hemos documentado niveles de arsénico 23 veces por encima del límite máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud y en el caso de fluoruro hasta 12 veces por encima de los límites establecidos.
La ingesta crónica de agua contaminada con arsénico y fluoruro provoca una variedad de problemas de salud y trastornos cognitivos graves. El fluoruro causa fluorosis dental que produce un oscurecimiento de los dientes y que es señal precursora de otros graves problemas de salud como la dolorosa fluorosis esquelética paralizante. El arsénico causa enfermedades de la piel, así como insuficiencia renal y cánceres de la piel y de vesícula biliar. Tanto el arsénico como el fluoruro están estrechamente vinculados al desarrollo cognitivo y a las discapacidades de aprendizaje en los niños, quienes corren un riesgo mucho mayor de sufrir los efectos de estos contaminantes ya que sus cuerpos están en etapa de desarrollo y los absorben de manera más rápida.
Estamos en un momento muy crítico después de más de veinte años de estar expuestos de forma continua.
En las más de 2.800 comunidades rurales de nuestra región hay decenas de miles de niños que han estado consumiendo agua severamente contaminada por años. Si algo no cambia rápidamente esta generación crecerá con suministros de agua cada vez más contaminados. Hace sólo ocho años, cuando empezamos a monitorear la calidad del agua, el arsénico no era un problema. Hoy en día vemos niveles de arsénico en la región que se asemejan a la situación en Bangladesh que la Organización Mundial de la Salud llamó "el mayor envenenamiento masivo de una población en la historia".
Cuando empezamos a colaborar con comunidades locales para crear un acceso al agua limpia, nos centramos principalmente en la construcción de sistemas de captación de agua de lluvia. Cuando estos sistemas reciben un mantenimiento adecuado pueden proporcionar muchos años de agua limpia para familias, escuelas, iglesias y otros centros comunitarios. Si bien la captación de agua de lluvia es una solución muy eficaz, también tiene sus limitaciones. Los sistemas de captación de agua de lluvia requieren de tiempo para su instalación, un uso intensivo de mano de obra y fuertes cantidades de capital. Desafortunadamente, esto impide la implementación de soluciones de captación de lluvia a tiempo para impedir que miles de jóvenes de nuestra región sigan ingiriendo agua contaminada.
Fue por eso que hace cinco años comenzamos a desarrollar nuestro Sistema de Tratamiento de Aguas Subterráneas (GTS por sus siglas en inglés). Las soluciones apropiadas no existían en ese momento, así que decidimos crear una propia. La idea fue desarrollar un sistema alineado a un pozo comunitario que pudiera eliminar de forma efectiva y asequible tanto el arsénico como el fluoruro y además proporcionar agua limpia a toda una comunidad en la misma cantidad de tiempo y por el mismo costo que se necesitaría para construir un sistema de captación de agua de lluvia para una sola familia.
Actualmente el GTS está a punto de cambiar el paradigma de soluciones al serio problema de contaminación de agua que asola a nuestra región. En las próximas diez semanas nos prepararemos para poner en línea y realizar las pruebas finales del primer GTS a nivel comunitario. Esta prueba piloto proporcionará una fuente continua de agua limpia para el consumo de la comunidad, pero también nos proporcionará datos exhaustivos y la importante prueba de comprobación del concepto.
Estamos haciendo todo esto para conseguir un objetivo claro pero muy complejo: conseguir a la brevedad posible que el mayor número de personas, especialmente niños y jóvenes, dejen de beber agua contaminada.