Campaña de julio | Agustín González
Las lluvias han llegado y nuestros sistemas de captación de lluvia se están llenando. Pero, muchos en nuestra región aún siguen bebiendo agua contaminada y poniendo en riesgo su salud.
Agustín González es una comunidad ubicada a solo 15 minutos del centro de San Miguel de Allende. Desafortunadamente, en los últimos quince años el agua potable de la comunidad ha presentado algunos de los niveles más altos de fluoruro que hemos detectado en la región. Estos, están cuatro veces por encima de lo que la Organización Mundial de la Salud considera seguro para el consumo humano.
La situación pone a todos los residentes de Agustín González en grave riesgo de desarrollar fluorosis, una condición que mancha los dientes y progresa hasta producir fuertes dolores, una estructura ósea debilitada y/o deformada y en fracturas de huesos. La ingesta crónica de esta agua contaminada crea también riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica y problemas en el desarrollo cognitivo infantil.
Desde el año pasado, el equipo de Caminos de Agua y nuestros colegas de la organización El Maíz Más Pequeño han estado trabajando con los estudiantes de un bachillerato en esta comunidad.
Se espera que los jóvenes puedan comprender las amenazas a la salud que enfrentan tanto ellos como sus vecinos y que entiendan lo que pueden hacer al respecto.
Algunos de los estudiantes sufren de fluorosis dental desde hace tiempo. Esta condición los motivó a tomar acciones para mitigar los impactos en la salud a la población actual y a las generaciones futuras. Nuestras organizaciones brindaron capacitación y apoyo económico, pero los estudiantes fueron quienes se movilizaron para proveer la mano de obra necesaria para construir un sistema de captación de agua de lluvia que proporcionará agua libre de arsénico, fluoruro y otros contaminantes dañinos, para todos durante el año escolar. Estamos muy orgullosos de haber formado parte de este esfuerzo.
Pero éste logro es sólo un comienzo.
Existe un gran auge de la agroindustria en el Estado de Guanajuato enfocado a la producción de verduras y hortalizas para exportación. Esta industria consume enormes cantidades de agua y como consecuencia los niveles freáticos están están disminuyendo a un ritmo de 2 a 4 metros por año. El resultado es que la profundidad de los actuales pozos hace que las aguas subterráneas estén naturalmente contaminadas por altos niveles de arsénico y fluoruro. Esto causa riesgos a la salud para las más de 680,000 personas que dependen de la Cuenca del Alto Laja, incluyendo a la población de San Miguel de Allende.
Durante más de siete años Caminos de Agua ha estado monitoreando los niveles de arsénico y fluoruro en nuestra región. Lamentamos dar a conocer que estos siguen en aumento, especialmente los niveles de arsénico, lo que nos pone a todos en mayor riesgo. En algunas comunidades el arsénico está 22 veces por encima de lo que la Organización Mundial de la Salud considera seguro para el consumo humano y el fluoruro hasta 12 veces por encima de los límites recomendados.
¿Cuál es la respuesta?
Los filtros comunes de agua y muchos sistemas domésticos de filtración no eliminan el arsénico y el fluoruro. Para aquellos que pueden pagarlo, comprar agua embotellada y la instalación de sistemas de ósmosis inversa son una solución.
Pero ¿qué soluciones hay para el resto de la población? Caminos de Agua empodera a comunidades en riesgo para que puedan tomar el control de situaciones como éstas y trabajando en conjunto crear e implementar soluciones de agua limpia. Trabajamos con comunidades para determinar exactamente cuáles son las amenazas a sus salud. Cuando una comunidad decide organizarse y tomar acciones colaboramos con ellos para desarrollar soluciones a la medida, recaudamos el apoyo económico que se requiere, asesoramos en la implementación y damos seguimiento a los resultados. Desarrollamos tecnologías escalables y apropiadas a las necesidades económicas de las comunidades de nuestra región. Pero a medida que la crisis crece, también crece la necesidad de aumentar el ritmo de nuestro trabajo. Francamente, eso significa que para lograrlo necesitamos recaudar muchos más fondos.