Es más que sólo agua

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Foto: Matthièu (primero a la derecha), Coordinador de Investigación y Desarrollo en Caminos, interactúa con miembros de la comunidad de Alonso Yáñez durante una sesión de capacitación, compartiendo conocimientos sobre su recién instalado Sistema de Tratamiento de Agua Subterránea.

Nota: El tiempo de lectura de este mensaje es de aproximadamente 10 minutos. Esperamos sinceramente que puedas tomarte el tiempo. Gracias.

Nuestros inicios: construyendo un esfuerzo colectivo en torno al Derecho Humano al Agua

Foto: Un vistazo a los participantes en el Tribunal Permanente de los Pueblos, un organismo internacional de derechos humanos que abordó numerosos abusos en México durante nuestros años formativos.

En 2013, después de un extenso proceso de dos años, una coalición de actores que incluía a Caminos de Agua, numerosas organizaciones de base, ciudadanos preocupados, representantes de comunidades rurales y observadores internacionales, presentó un caso ante el Tribunal Permanente de los Pueblos, un organismo internacional de derechos humanos que supervisó muchos abusos en México en nuestros primeros años de operación. El derecho humano al agua fue consagrado en la constitución mexicana en 2012, y el enfoque de este caso fue presentar cómo la escasez y contaminación del agua en el municipio de San Miguel de Allende y nuestra región hidrográfica más amplia estaban afectando negativamente la vida de cientos de miles de personas de muchas maneras diferentes, violando ese derecho básico.

Uno de los primeros pasos en la construcción del caso fue muestrear y probar extensamente cientos de pozos y sitios en toda la cuenca para evaluar los niveles de arsénico y fluoruro y los riesgos para la salud humana y las economías locales. En Caminos, establecimos numerosas relaciones con hidrogeólogos y universidades mexicanas e internacionales para llevar a cabo este trabajo crítico. También contratamos a una abogada para construir el caso, quien trabajó en estrecha colaboración con numerosas iniciativas de base y otras organizaciones para recopilar testimonios de testigos. Nuestros hallazgos colectivos se presentaron en un día de septiembre de 2013, donde más de 1,000 personas, principalmente de docenas de comunidades rurales en toda nuestra región, descendieron sobre San Miguel para demostrar que también se vieron afectadas por estos problemas. El Tribunal finalmente declaró:

"Dada la gravedad de los casos reportados sobre la sobreexplotación y contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, y su impacto en las personas y los ecosistemas, se recomienda que el gobierno mexicano... declare [toda la región de la Cuenca Alta del Río Laja] como una zona de emergencia debido a los riesgos ambientales y de salud."

Esa fue la chispa que inició nuestro trabajo y comenzó a construir la vasta red que se necesitaría para abordar realmente la crisis. A lo largo de los años, Caminos de Agua ha trabajado en estrecha colaboración con estas y muchas otras comunidades, organizaciones de base, otras ONG, ciudadanos, grupos religiosos, gobierno, fundaciones e investigadores y académicos líderes para comprender el vasto alcance y la complejidad de nuestra crisis del agua y, lo más importante, diseñar, proponer y ayudar a implementar soluciones.

Expandiendo nuestra comunidad para lograr un mayor impacto

Foto: Los participantes de nuestra iniciativa colaborativa "Comunidades de Aprendizaje del Agua" se reúnen para un cálido abrazo grupal al concluir otra sesión.

Más de 10 años después, y gracias a una colaboración renovada con la Fundación Gonzalo Río Arronte, estamos ampliando significativamente esta creciente red de actores para embarcarnos en nuestra iniciativa más ambiciosa e impactante hasta la fecha. Caminos de Agua, junto con nuestro socio principal INANA A.C., lanzó recientemente un proyecto de tres años increíblemente ambicioso, que reúne a actores de todos los ámbitos de la sociedad para aumentar nuestro alcance, expandirnos hacia nuevas fronteras y ayudar a más personas en riesgo en nuestra región a acceder al agua limpia que nunca antes. Estamos colaborando con 8 organizaciones y coaliciones de base, nuevos socios de investigación para ampliar nuestro alcance y comprensión, otras ONGs para lanzar estrategias más amplias, y el gobierno tanto a nivel local como estatal.

Hoy, estamos emocionados de presentarte las estrategias que implementaremos en los próximos tres años para tener un impacto mucho más profundo en nuestra crisis del agua, así como la comunidad de asociaciones que estamos construyendo para llevar a cabo esta iniciativa de $2.3 millones de dólares:

  1. Trabajando junto a colaboradores de base como CUVAPAS, SECOPA y el Centro Comunitario de San Cayetano, y en asociación con el Gobierno Municipal de San Diego de la Unión, estaremos construyendo más de 700 sistemas de captación de agua de lluvia e instalando más de 1,000 filtros de agua, en más de 70 comunidades rurales, proporcionando así agua limpia de por vida a miles de personas.
  2. Pero no nos detenemos ahí con el agua de lluvia. Ya hemos lanzado una nueva iniciativa con las ONG Salvemos al Río Laja y Tikkun Eco Center para implementar un programa de reforestación y restauración a gran escala, que incluye la construcción de un enorme bordo de retención de agua que almacenará decenas de millones de litros de agua de lluvia, aumentando la seguridad hídrica y cambiando el entorno para toda una comunidad.
  3. También estamos trabajando con el Gobierno Municipal de San Diego de la Unión en una serie de estudios de calidad del agua que actualizarán los datos sobre los niveles de arsénico y flúor en los pozos regionales y proporcionarán esa información en una serie de talleres a las 31 comunidades rurales afectadas, seguido de un Foro Nacional en 2025. Trabajar directamente con el gobierno local, que en el pasado a menudo prefería barrer los problemas de calidad del agua bajo la alfombra, aumenta enormemente la credibilidad de estos problemas a nivel nacional.
  4. Después de años de colaboración con numerosas universidades, instituciones académicas y socios técnicos, como la Universidad Estatal de Carolina del Norte, el Imperial College de Londres y la Universidad Gonzaga (solo por nombrar algunos), estamos implementando nuestro segundo Sistema de Tratamiento de Agua Subterránea (STAS) a escala comunitaria, que elimina el arsénico y el fluoruro del suministro de agua de todo un pueblo, en colaboración con Alonso Yáñez, una comunidad rural de más de 1,500 personas.
  5. Hay mucho más sucediendo con nuestro proyecto GTS. Durante los próximos tres años, nos estamos preparando para instalar 6 GTS a escala comunitaria y actualmente estamos trabajando en estrecha colaboración con la Comisión Estatal del Agua de Guanajuato para certificar los GTS, allanando el camino para una implementación generalizada más allá de nuestra cuenca hidrográfica.
  6. También estamos profundizando en los impactos en la salud pública de nuestra crisis del agua, colaborando con el Instituto Nacional de Salud Pública de México, la Universidad de Columbia y la Universidad de Colorado para llevar a cabo un estudio pionero de salud pública para medir biomarcadores de daño renal en 70 niños expuestos a flúor excesivo en la comunidad de Alonso Yáñez.
  7. Trabajando estrechamente con INANA A.C. y la UCIRED (Red Universitaria Campesina e Indígena), introduciremos un programa educativo integral llamado La Escuela del Agua, que, durante al menos dos años, capacitará a 30 aspirantes a organizadores comunitarios, en su mayoría mujeres jóvenes, para crear una nueva generación de guardianes ambientales y líderes comunitarios dedicados a la revitalización de las cuencas hidrográficas y al bienestar comunitario.
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Romeo Robles