Estudiantes de un bachillerato local meten sus manos aprendiendo temas relacionados al agua
Caminos de Agua impartió recientemente un módulo educativo de dos semanas con 99 estudiantes en la escuela CBTis No. 60 en San Miguel de Allende. El programa incluyó componentes teóricos y prácticos. En primer lugar, los estudiantes pasaron tres días en el aula aprendiendo sobre temas de agua locales. Este módulo multidisciplinario consistió en charlas con casos prácticos y una atractiva obra teatral interpretada por el grupo Teatro Despierto de San Miguel de Allende. Durante la segunda semana, los estudiantes construyeron una cisterna de recolección de agua de lluvia al lado del aula. Para el último día, muchos de los estudiantes se sintieron motivados en difundir lo aprendido sobre la problemática local del agua y entusiasmados para trabajar encontrando soluciones.
El programa fue dirigido por Saúl Juárez, director de proyectos comunitarios de Caminos de Agua. Durante los tres primeros días, sus clases abarcaron muchos temas, entre ellos: los problemas de contaminación del agua en la cuenca, sus causas geopolíticas, los efectos que esta contaminación tiene en la salud de las personas y las acciones que podemos tomar para mitigar estos problemas.
Un grupo de teatro local, Teatro Despierto, realizó su obra de teatro, Agua Pasa, como parte de la primera semana de actividades. La obra añade un elemento humano a los problemas de agua que enfrentan las personas en la región, y aporta esperanza con un sentido del humor atractivo a un tema de lo contrario desalentador. El drama funcionó bien para captar la imaginación de los estudiantes, muchos de los cuales rieron durante la obra.
La segunda semana Saúl dirigió la construcción de una cisterna con un grupo de 30 estudiantes, con la ayuda de Daniel, un joven de la comunidad de Llano Verde que se inspiró para ayudar a Caminos de Agua después de asistir a uno de los talleres de Saúl en su propia comunidad. Esta cisterna recogerá 12.000 litros de agua de lluvia desde el techo del aula, y no sólo aportará agua potable a los estudiantes, sino que también tendrán una fuente de agua que podrán utilizar para proyectos como el cercano jardín escolar. Los estudiantes disfrutaron de la oportunidad de trabajar afuera con sus manos y junto con sus compañeros. Esta segunda semana hizo que las ideas enseñadas en el aula fueran prácticas, tangibles y atractivas.
Saúl admite que al principio fue difícil motivar a los estudiantes, tanto por el tiempo limitado como por la falta de experiencia práctica de los estudiantes. Sin embargo, al final del proyecto los estudiantes sintieron que ahora comprenden la gravedad de la situación local del agua y se sienten empoderados para actuar. En el último día, muchos dijeron que querían aprender más y participar más en otros proyectos similares. ¡Algunos incluso preguntaron si podían trabajar con Caminos de Agua en el futuro para dar clases y enseñar a otros!
Esta fue la primera vez que Caminos de Agua ha impartido un programa estructurado con un bachillerato. La cisterna de recolección de agua de lluvia que se ubica con orgullo afuera de las aulas y los comentarios de los estudiantes durante los últimos días son testimonio del éxito del proyecto. La experiencia de apertura de los estudiantes continúa motivándonos aquí en Caminos de Agua para seguir impartiendo estos cursos en otras escuelas y comunidades en el futuro.